Anchoas

Visitaremos una fábrica de anchoas, pincha en este enlace...

Lunes 15 de junio


Aquí están las fotos del primer día. Fábrica de anchoas y surf. Completito. 

Posando experiencias

Seguro que el despertar de hoy de muchos de vuestros chavales ha sido diferente, seguro que lo primero que se les ha pasado por la cabeza ha sido ir a la litera de al lado a despertar al compi de turno y hablar de cualquier cosa que nos haga sentir felices. Pero no, esta vez no había nadie. Era mi madre (que no es poco), la de siempre, por un momentito me gustaría volver a estar en aquellas literas. Estamos posando la experiencia.

Seguro que ayer cuando llegaron a casa no querían más que contaros anécdotas del viaje, lugares increíbles y aventuras vividas. Hoy todo vuelve a empezar, volvemos a la normalidad, vuelvo a mi casa, mi familia, mi barrio, mi cole... Todo es igual pero ya no es lo mismo, lo miramos y valoramos con otros ojos. Ese compañero de la clase de al lado con el que no jugaba en el patio ha venido a buscarme y hemos estado todo el recreo juntos.

Seguro que hoy cuando nos hemos encontrado con compañeros del cole que no han venido a nuestro viaje de estudios nos han dado unas ganas locas de contarles todo lo que hemos hecho, visto y sentido.

Seguro que cuando pasen unos años y os volváis a juntar recordaréis con ilusión lo que allí en Santoña acontenció. Yo, lo haré.

Seguro que estabais esperando las fotitos como agua de mayo, aunque espero que nadie se nos queje de la información veraz y en directo que nuestra cuenta en twitter os ha ofrecido. Echaba humo!! Ahí va un aperitivo. Hasta mañana.




Apurando

En el programa oficial del viaje que os pasamos a las familias se nos olvidó apuntaros el acto que tenía lugar hoy a las 8;30 am: "Dianas y pasacalles a cargo de los profesores soplagaitas del San Pío X". No sé como se nos pudo pasar. Perdón. Pues eso, que a golpe de grito y trompeta comenzaba un agradable pasacalles por las habitaciones de los bellos durmientes. Que poco gusto, no se habían ni levantado para acompañarnos en tan hacendosa y productiva actividad. Una se pegó con la litera de arriba, otro saltó como un gato al suelo, la otra se tapaba con la sábana como si se creyese que no iba a traspasar el sonido, alguno se arrancaba a bailar manos en alto cual jotero trasnochador en unas fiestas del pueblo. En fin, que hemos empezado la mañana con alegría y jolgorio. Eso si, algún peregrino trasnochador todavía se está acordando de nuestros familiares...

Somos cuarenta chavales y hacemos dos grupos de veinte; uno entero hacia la vela que se distribuye en tres equipos de siete, siete y seis. Los otros veinte se parten en dos grupos de diez y se reparten en escalada y tiro con arco. A las dos horas cambio de actividad y todos tan contentos. Llega el patrón del barco, un hombre llamado Juan que si algún día hacen un remake de "Veinte mil leguas de viaje submarino" tiene todas las papeletas de conseguir el papel del Capitán Nemo. AAARRRRRR. Sopla nordeste, la temperatura es agradable, la marea está bajando, algún islote fangoso repleto de moluscos asoma la cúspide a la espera de los limícolas apostados en el puerto como el que espera en la parada del autobús... Pues hala a navegar. ¿Qué hay que llevar? ¿me pongo el bañador? ¿hay que coger chaqueta? ¿Llevo chanclas de las de dedo? ¿Está fría el agua? Por el gesto de su cara me ha parecido que Juan quería marcharse corriendo de ese lugar a los cinco minutos de habernos conocido, pero no lo hizo, sabia decisión, tuvo la ocasión de conocernos mejor. Tres monitores jóvenes guapos y esbeltos nos acompañaron toda la mañana y tiraron del saco de la paciencia para hacer sentir a los chavales una experiencia única y que muchos no había vivido nunca. Todavía tengo en la retina la cara de Alex cuando Víctor (el monitor) la ha cogido y se la echado al hombro cual saco de patatas para pasarla a la zodiac sin que reciba el más mínimo salpicón. Después de tres cuartos de hora!!!! han comenzado a navegar por la bahía. Jesús que aunque sea de secano es un lobo de mar, rápido se ha hecho amigo de "JuanNemoeldelazodiac" y ha surcado la bahía hasta el puntal de Laredo pasando por los fuertes de San Carlos y San Martín hasta visionar la peña del fraile y el impetuoso faro del Caballo. David y Manuel han tomado buena nota de los pasos de nuestro lobo de secano y han repetido itinerario en el segundo turno de zodiac. Como para no!!

Como había que sacar fotos de todas las actividades, me desplazo ahora hacia el tiro con arco en el que me encuentro a Carla mordiéndose la lengua, cerrando un ojo, estirando el brazo, sacando culo, tensando dedos ( no, no es un baile de los cantajuegos) para clavar la flecha en la zona amarilla de la diana. El día iba de dianas.

Claudia y Raquel Moreno estaban enfundadas con el arnés preparadas para la conquista de la uralita del albergue cuando nos hemos asomado a la zona del rocódromo. ¡¡La pierna derecha al rojo!! ¡¡ Tu otra derecha!! Parecía el juego del twister. Casualidad que se han encontrado Manuel y David por esos parajes y han deleitado a los presentes con un par de escaladas a lo Pasabán cual dos gallitos de pelea pavoneándose delante de una hembra. Empate técnico. Ana José no iba a ser menos. Decidida y presta que se ha enfundado los cordeles y "parriba" que ha tirado. Eres una jabata!!

Por si no teníamos bastante con la triple actividad que habíamos preparado para esa mañana, se nos unió una cuarta en el intercambio de grupos: recoger las habitaciones y las maletas porque había que dejar sitio a un nuevo grupo de chavales. No problemo, estos del San Pío son tipos duros como Terminator.

Si el otro día os hablaba de la foto que tenía que acompañar a la palabra voraz en el diccionario de la RAE hoy os digo que podían poner una de los profes tranquilamente. Hemos terminado antes que los niños. Menuda gusa que nos traíamos de la mañana. Ensalada de pasta y lomo con patatas (y no, no eran de bolsa congelada, peladitas y troceaditas) El día iba de sorpresas y ahora tocaba la siguiente. Nuestra compañera Naiara cumplía años y habíamos preparado un par de brazos de gitano con un puñado de velas a ritmo de trompeta para entonar todos el cumpleaños feliz. Feliz se sentía Naiara. Ha merecido la pena. Las francesas peregrinas que comían con nosotros se han quedado fascinadas con el jolgorio que hemos montado. Cuánto tienen que aprender...

Esto se estaba acabando, los chavales notaban como el tiempo se les escurría entre las manos, se lo notabas en sus miradas, en sus preguntas, en sus gestos... Pero esto no podía acabar así. Nos vamos "palpueblo" que casi que no lo conocen. Cafecito para los profes y heladito para los niños en la plaza de Santoña en torno al kiosko. Y que no queríamos irnos. Cielo despejado, calorcito agradable, las cuatro de la tarde, ¿vamos a llegar antes que los padres a la Estrella? Ni pensarlo, que esperen. Nos vamos a la playa. Dicho y hecho. Berria Beach nos esperaba esplendorosa. Yo creo que sabía que íbamos, estaba radiante. Ni una nube, agua fresquita, arena fina, socorrista guaperas y cachas. No ha podido haber mejor despedida que esa. Ahora si, toca bus y para casa...

Bufff, os contaría tantas cosas más, tendréis que esperar. Hasta mañana.


Sólo hemos tirado quinientas fotos, las iremos colgando por aquí poco a poco. 







Aún nos han sobrado diez minutos!!

A las ocho ha tocado diana, con los ojos ojerosos y con algo o mucho sueño nos hemos ido desperezando, desayunamos y al bus dirección Comillas.

Durante el viaje más de uno ha aprovechado para recuperar el "tiempo perdido" y otros se han embarcado con Arturo y su amigo Merlín en busca de la leyenda perdida de Excalibur. Estamos en el bus, vuelve a llover.

Primer destino "Comillas", creo, porque hemos acabado en una callejuela doblada con un coche en doble fila que ni "palante" ni "patrás". Menos mal que la pericia de nuestro Miguel el conductor y el "Wace" echando humo nos han sacado del entuerto. Julia y Elena nos esperan con una sonrisa en la entrada y nos deleitan con una visita por los "caprichos" de unos indianos ricachones ostentosos. Hemos escuchado las guillotinas, encontrado las corcheas y los pentagramas y descubierto los secretos más profundos de Gaudí. El bocata de chorizo en el jardín de herradura contemplando el capricho ha hecho el resto.

Pues resulta que nos íbamos al palacio de Sobrellano que está a escasos diez metros de nuestro bocata choricero, pero la vuelta que hemos tenido que dar nos la van a tener que explicar el ayuntamiento y el gobierno, porque no se han puesto de acuerdo. La cuesta que hemos tenido que subir el culo de Perico no la hubiera aguantado y habría saltado del sillín ipso facto. Eso sí, cuando hemos llegado a la cumbre el palacio estaba... sobre llano. Un timbre meloso con tonos catalanes forzados y un poco de deje, acompañado de cinco preguntas cada medio minuto ha captado la atención de hasta los más dormidos de la "trouppe" y ha dejado para el recuerdo una visita de las que tardaremos en olvidar por su singularidad. No andaba mal de perras tampoco el Marqués Antonio López con su "capricho" Sobrellano.

Sin tiempo ni para respirar, la cuesta ahora se hace más ligera y nuestro intrépido chófer se prepara para la segunda de abono. Cruce de comillas a reventar, los vítores del público se notaban en la plaza (rotonda en este caso), el astado esta vez un coche de dos mil kilos de peso apostado en un andén. Pero nada se interpone entre nuestros cuarenta rejoneadores que cual víboras hambrientas serpenteaban entre los pasos de cebra para subir a lomos de nuestro caballo dorado. Los hemos vuelto a hacer, de aquí a "Qué apostamos".

Son las dos de la tarde y estamos de camino a Santillana de Mar porque a las dos cuarenta y cinco nos vamos a transportar al pasado más cavernícola. Y nos queda comer... No pasa nada, el día viene de apreturas y lo llevamos con soltura. Aparca!! Rápido abajo!! Qué cada uno coja una bolsa "picnic" y a la alameda!! No habléis, masticad!! Pero estos de la Estrella parecen estar curtidos en mil batallas y en vez de verse superados por la presión han comido, recogido, comido un helado, chuches, flirteado con unos de León que comían también y abrazado un álamo centenario que hoy habrá gozado de la energía de estos jovenzuelos. Por cierto, bocata de lomo con queso y ositos de gominola, nueva fusión de cocina moderna. A ver si aprenden los de Master Chef.

Hace 18.500 años los niños llevaban taparrabos y pintaban bisontes en los techos de las cuevas. Hoy en día, llevan bermudas, gorras de colores y zapatillas aerodinámicas. El salto en el tiempo ha sido evidente y la emoción con la que han visitado la neocueva de Altamira también. Bueno vale, un poco de modorra nos ha asaltado a todo nuestro ser pero lo hemos vencido a golpe de azagaya hecha con asta de ciervo y cara de cabra tallada en su interior.

Como no queríamos marchar sin ver Santillana, hemos vuelto sobre nuestros pasos para dar rienda suelta a esas carteras de vuestros zagales rebosantes de billetitos ardientes en deseos de saltar al encuentro del mejor presente para sus seres más queridos. Si no os gustan los regalitos quedaos con la intención, que ha sido mucha. Gracias Marina, nos han encantado.  

¿A casa? Nooooo. Nos queda la capi que la hemos asaltado por la vertiente del Sardinero para desembocar en la península de la Madalena con una visita corta pero intensa: Trenecito, San Emeterio y San Celedonio, las caballerizas, el palacio, la isla de las palomas, los pinos madrileños, niños saludando, las focas, los leones marinos, los pingüinos, los de Arguedas, las carabelas, la sirena teutona, una meadita, la conquista de la atalaya del parque, da tiempo de una caña, nos vamos. A todo esto nos habíamos olvidado de nuestro gerifalte conductor que en ese rato se las ha visto con los de las sirenas (esta vez no son teutonas) por un dominio cercano a nuestra comodidad. Como siempre, salió indemne. 

Llegamos al albergue y aún nos sobran ¡¡diez minutos!! para lavarnos las manos y a cenar. Una sopita "templacuerpos" que nos ha dejado a todos la mar de bien. De segundo tortilla y de plato fuerte... ¡¡Discoteca!! No he visto tanto nerviosismo en los presentes en todo el viaje. Se iban con la tortilla en la boca para arreglarse para tal evento. 

Y no ha desmerecido la presteza. La pasarela Cibeles se queda ridícula al lado del pasillo del albergue a las diez de la noche. Nuestra querida Ana José ha puesto el toque a la fiesta biengastando su pintalabios "rojopasiónquememuerodevergüenza" por los morritos de nuestras bellísimas princesas. Y como no podia ser de otra manera, la fiesta ha sido espectacular. Pero eso.... que os lo cuenten ellos. 

Oye, que es más que tarde, nos vamos viendo por aquí. Mañana nos quedan quehaceres. Os seguiré contando. Buenas noches. 

Anchoas haciendo surf

Pasábamos por Altube y el parabrisas no daba más de si. Los nubarrones no nos dejaban ver el sol. Los altavoces del bus no funcionaban y el micro tampoco (creo que hubo una boda el finde y el típico de la corbata en la cabeza se lo cargó). Los niños pedían bolsas porque notaban que el desayuno no quería estar más en sus nerviosas barrigitas. Salimos con retraso sobre el horario previsto y en Bilbao se presagiaba un atasco de los de época.

Pasamos Bilbao, se abre un claro entre las nubes, hemos vuelto a ver el sol.El tráfico se hace menos pesado y los niños ya no se marean. No ha vomitado ni uno. Hemos llegado al albergue.

Lo primero almorzar, nos espera jornada maratoniana. No bajamos ni las maletas del bus, corriendo a la fábrica de anchoas. Isabel nos explica las andanzas de una señora llamada  Emilia que de la nada creó un imperio. Si llegan a casa vuestros niños con un bote de anchoas y os parece caro, que os expliquen el proceso de elaboración que entonces os parecerán baratas.

Después de maniobrar con el bus y para el tráfico de medio Santoña, llegamos al pasaje para dar un bonito y agradable paseo por el puerto marítimo. Marina ha contado dieciséis cangrejos aplastados en el puente camino del albergue. Hemos llegado al centro de operaciones, toca hablar de palabras mayores, el reparto de las habitaciones; los chicos todos en una, la unión hace la fuerza; las chicas son más, hay una de catorce, otra de seis y otra de cuatro. Todas contentas. Perfecto, hemos triunfado. Lo de los profes... os lo cuento otro día.

De primero lentejas y de segundo pechuga empanada con patatas, oye riquísimo. Los profes que son unos pispas, han acompañado los platos con una rica ensalada de anchoas, relanzón y bonito, cortesía de nuestra amiga Emilia.

Un poco de relax en las habitaciones y llega el plato fuerte del día. Vamos a colonizar la playa de Berria  a golpe de tablas de surf. El cielo escampa y las nubes se levantan. Al final el día se está enderezando. Después de algún problemilla con el neopreno, nos lanzamos al agua como caballos desbocados. Marea baja, olas medianas, poca resaca, bandera amarilla, condiciones perfectas. A disfrutar. Hemos coronado a Rodrigo y a Erik como los reyes del surf. Que los papás vayan pensando en un cursillo para el verano, que creo que les ha gustado.

Pensábamos volver andando de paseo por la marisma, pero se ha quedado una tarde tan estupenda que hemos decidido tirarnos a la bartola mirando al mar. Voley, raquetas y frisbis. El bocata de mortadela acompaña el momento idílico.

De vuelta al albergue se nota un hedor incómodo en el bus. Toca ducha chavales. La cena está servida: puré de calabaza y hamburguesa con patatas. Los chicos con las chicas tienen que estar. Parece que les van a quitar la comida del plato. Si pusieran una fotografía en el diccionario de la RAE acompañando a la palabra voraz sería una de estos niños de la Estrella devorando su ansiada comida. Da gusta verles así.

Hemos acabado de cenar, a la cama. Que no, que es broma. Gimkana nocturna para que suelten lo que les queda, que a mi ya se me ha agotado hace rato.

Esto a groso modo es el diario de hoy, pero hay mucho más que no puedo contar, lo tienen que hacer vuestros hijos. La sensación de que es lunes y me voy de excursión más de un día seguido!!! Las caras de los jovenzuelos rezuman nerviosismo, alegría y exaltación. Da igual si llueve o hace sol, lo importante es estar y disfrutar, y os puedo asegurar que lo han hecho. Esto no se aprende en el pupitre, esto se vive. Pero no acaba hoy, que mañana seguimos. Os seguiré contando todo lo que pueda con las palabras y las fotos. Espero que algo de aquí os llegue hasta allí.

Ahora si, son las doce. Hasta mañana.

Por cierto, el micrófono y los altavoces están arreglados. Todo ha salido a pedir de boca.