Anchoas haciendo surf

Pasábamos por Altube y el parabrisas no daba más de si. Los nubarrones no nos dejaban ver el sol. Los altavoces del bus no funcionaban y el micro tampoco (creo que hubo una boda el finde y el típico de la corbata en la cabeza se lo cargó). Los niños pedían bolsas porque notaban que el desayuno no quería estar más en sus nerviosas barrigitas. Salimos con retraso sobre el horario previsto y en Bilbao se presagiaba un atasco de los de época.

Pasamos Bilbao, se abre un claro entre las nubes, hemos vuelto a ver el sol.El tráfico se hace menos pesado y los niños ya no se marean. No ha vomitado ni uno. Hemos llegado al albergue.

Lo primero almorzar, nos espera jornada maratoniana. No bajamos ni las maletas del bus, corriendo a la fábrica de anchoas. Isabel nos explica las andanzas de una señora llamada  Emilia que de la nada creó un imperio. Si llegan a casa vuestros niños con un bote de anchoas y os parece caro, que os expliquen el proceso de elaboración que entonces os parecerán baratas.

Después de maniobrar con el bus y para el tráfico de medio Santoña, llegamos al pasaje para dar un bonito y agradable paseo por el puerto marítimo. Marina ha contado dieciséis cangrejos aplastados en el puente camino del albergue. Hemos llegado al centro de operaciones, toca hablar de palabras mayores, el reparto de las habitaciones; los chicos todos en una, la unión hace la fuerza; las chicas son más, hay una de catorce, otra de seis y otra de cuatro. Todas contentas. Perfecto, hemos triunfado. Lo de los profes... os lo cuento otro día.

De primero lentejas y de segundo pechuga empanada con patatas, oye riquísimo. Los profes que son unos pispas, han acompañado los platos con una rica ensalada de anchoas, relanzón y bonito, cortesía de nuestra amiga Emilia.

Un poco de relax en las habitaciones y llega el plato fuerte del día. Vamos a colonizar la playa de Berria  a golpe de tablas de surf. El cielo escampa y las nubes se levantan. Al final el día se está enderezando. Después de algún problemilla con el neopreno, nos lanzamos al agua como caballos desbocados. Marea baja, olas medianas, poca resaca, bandera amarilla, condiciones perfectas. A disfrutar. Hemos coronado a Rodrigo y a Erik como los reyes del surf. Que los papás vayan pensando en un cursillo para el verano, que creo que les ha gustado.

Pensábamos volver andando de paseo por la marisma, pero se ha quedado una tarde tan estupenda que hemos decidido tirarnos a la bartola mirando al mar. Voley, raquetas y frisbis. El bocata de mortadela acompaña el momento idílico.

De vuelta al albergue se nota un hedor incómodo en el bus. Toca ducha chavales. La cena está servida: puré de calabaza y hamburguesa con patatas. Los chicos con las chicas tienen que estar. Parece que les van a quitar la comida del plato. Si pusieran una fotografía en el diccionario de la RAE acompañando a la palabra voraz sería una de estos niños de la Estrella devorando su ansiada comida. Da gusta verles así.

Hemos acabado de cenar, a la cama. Que no, que es broma. Gimkana nocturna para que suelten lo que les queda, que a mi ya se me ha agotado hace rato.

Esto a groso modo es el diario de hoy, pero hay mucho más que no puedo contar, lo tienen que hacer vuestros hijos. La sensación de que es lunes y me voy de excursión más de un día seguido!!! Las caras de los jovenzuelos rezuman nerviosismo, alegría y exaltación. Da igual si llueve o hace sol, lo importante es estar y disfrutar, y os puedo asegurar que lo han hecho. Esto no se aprende en el pupitre, esto se vive. Pero no acaba hoy, que mañana seguimos. Os seguiré contando todo lo que pueda con las palabras y las fotos. Espero que algo de aquí os llegue hasta allí.

Ahora si, son las doce. Hasta mañana.

Por cierto, el micrófono y los altavoces están arreglados. Todo ha salido a pedir de boca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario