Apurando

En el programa oficial del viaje que os pasamos a las familias se nos olvidó apuntaros el acto que tenía lugar hoy a las 8;30 am: "Dianas y pasacalles a cargo de los profesores soplagaitas del San Pío X". No sé como se nos pudo pasar. Perdón. Pues eso, que a golpe de grito y trompeta comenzaba un agradable pasacalles por las habitaciones de los bellos durmientes. Que poco gusto, no se habían ni levantado para acompañarnos en tan hacendosa y productiva actividad. Una se pegó con la litera de arriba, otro saltó como un gato al suelo, la otra se tapaba con la sábana como si se creyese que no iba a traspasar el sonido, alguno se arrancaba a bailar manos en alto cual jotero trasnochador en unas fiestas del pueblo. En fin, que hemos empezado la mañana con alegría y jolgorio. Eso si, algún peregrino trasnochador todavía se está acordando de nuestros familiares...

Somos cuarenta chavales y hacemos dos grupos de veinte; uno entero hacia la vela que se distribuye en tres equipos de siete, siete y seis. Los otros veinte se parten en dos grupos de diez y se reparten en escalada y tiro con arco. A las dos horas cambio de actividad y todos tan contentos. Llega el patrón del barco, un hombre llamado Juan que si algún día hacen un remake de "Veinte mil leguas de viaje submarino" tiene todas las papeletas de conseguir el papel del Capitán Nemo. AAARRRRRR. Sopla nordeste, la temperatura es agradable, la marea está bajando, algún islote fangoso repleto de moluscos asoma la cúspide a la espera de los limícolas apostados en el puerto como el que espera en la parada del autobús... Pues hala a navegar. ¿Qué hay que llevar? ¿me pongo el bañador? ¿hay que coger chaqueta? ¿Llevo chanclas de las de dedo? ¿Está fría el agua? Por el gesto de su cara me ha parecido que Juan quería marcharse corriendo de ese lugar a los cinco minutos de habernos conocido, pero no lo hizo, sabia decisión, tuvo la ocasión de conocernos mejor. Tres monitores jóvenes guapos y esbeltos nos acompañaron toda la mañana y tiraron del saco de la paciencia para hacer sentir a los chavales una experiencia única y que muchos no había vivido nunca. Todavía tengo en la retina la cara de Alex cuando Víctor (el monitor) la ha cogido y se la echado al hombro cual saco de patatas para pasarla a la zodiac sin que reciba el más mínimo salpicón. Después de tres cuartos de hora!!!! han comenzado a navegar por la bahía. Jesús que aunque sea de secano es un lobo de mar, rápido se ha hecho amigo de "JuanNemoeldelazodiac" y ha surcado la bahía hasta el puntal de Laredo pasando por los fuertes de San Carlos y San Martín hasta visionar la peña del fraile y el impetuoso faro del Caballo. David y Manuel han tomado buena nota de los pasos de nuestro lobo de secano y han repetido itinerario en el segundo turno de zodiac. Como para no!!

Como había que sacar fotos de todas las actividades, me desplazo ahora hacia el tiro con arco en el que me encuentro a Carla mordiéndose la lengua, cerrando un ojo, estirando el brazo, sacando culo, tensando dedos ( no, no es un baile de los cantajuegos) para clavar la flecha en la zona amarilla de la diana. El día iba de dianas.

Claudia y Raquel Moreno estaban enfundadas con el arnés preparadas para la conquista de la uralita del albergue cuando nos hemos asomado a la zona del rocódromo. ¡¡La pierna derecha al rojo!! ¡¡ Tu otra derecha!! Parecía el juego del twister. Casualidad que se han encontrado Manuel y David por esos parajes y han deleitado a los presentes con un par de escaladas a lo Pasabán cual dos gallitos de pelea pavoneándose delante de una hembra. Empate técnico. Ana José no iba a ser menos. Decidida y presta que se ha enfundado los cordeles y "parriba" que ha tirado. Eres una jabata!!

Por si no teníamos bastante con la triple actividad que habíamos preparado para esa mañana, se nos unió una cuarta en el intercambio de grupos: recoger las habitaciones y las maletas porque había que dejar sitio a un nuevo grupo de chavales. No problemo, estos del San Pío son tipos duros como Terminator.

Si el otro día os hablaba de la foto que tenía que acompañar a la palabra voraz en el diccionario de la RAE hoy os digo que podían poner una de los profes tranquilamente. Hemos terminado antes que los niños. Menuda gusa que nos traíamos de la mañana. Ensalada de pasta y lomo con patatas (y no, no eran de bolsa congelada, peladitas y troceaditas) El día iba de sorpresas y ahora tocaba la siguiente. Nuestra compañera Naiara cumplía años y habíamos preparado un par de brazos de gitano con un puñado de velas a ritmo de trompeta para entonar todos el cumpleaños feliz. Feliz se sentía Naiara. Ha merecido la pena. Las francesas peregrinas que comían con nosotros se han quedado fascinadas con el jolgorio que hemos montado. Cuánto tienen que aprender...

Esto se estaba acabando, los chavales notaban como el tiempo se les escurría entre las manos, se lo notabas en sus miradas, en sus preguntas, en sus gestos... Pero esto no podía acabar así. Nos vamos "palpueblo" que casi que no lo conocen. Cafecito para los profes y heladito para los niños en la plaza de Santoña en torno al kiosko. Y que no queríamos irnos. Cielo despejado, calorcito agradable, las cuatro de la tarde, ¿vamos a llegar antes que los padres a la Estrella? Ni pensarlo, que esperen. Nos vamos a la playa. Dicho y hecho. Berria Beach nos esperaba esplendorosa. Yo creo que sabía que íbamos, estaba radiante. Ni una nube, agua fresquita, arena fina, socorrista guaperas y cachas. No ha podido haber mejor despedida que esa. Ahora si, toca bus y para casa...

Bufff, os contaría tantas cosas más, tendréis que esperar. Hasta mañana.


Sólo hemos tirado quinientas fotos, las iremos colgando por aquí poco a poco. 







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